Aunque en la Iglesia protestante no existen los "santos", en el sentido de la veneración de los santos, sin embargo, hay personas santas, que están al servicio de Dios, y que creyendo en Él, han llevado una vida ejemplar, tanto para ellos mismos como para los demás. "A ellos, hay que recordarles", dice el artículo 21 de la "Confesión de Augsburgo". Hay que tomar ejemplo de ellos y comprobar cómo les ha ayudado la fe, incluso en situaciones, en las que es difícil vivir y actuar de acuerdo con la voluntad de Dios.
Dietrich Bonhoeffer es una de estas personas, de las que se puede tomar ejemplo, y a las que hay que recordar. Lo hacemos con esta exposición en la Residencia protestante de estudiantes que lleva su nombre, y que fue inaugurada precisamente 50 años después de la ejecución de Bonhoeffer, en 1945, en el campo de concentración de Flossenbürg/Baviera. Murió porque no quería permanecer impasible frente a la injusticia e inhumanidad que se extendían cada vez más, privando a los judíos de todos los derechos, hasta de la vida. Asimismo, Bonhoeffer intercedió a favor de los niños abandonados, a la vez que se ocupó de la juventud estudiantil. En el seminario ilegal de predicadores abogaba, ante los futuros pastores, por una Iglesia terrenal, digna de fe y comprensible en sus discursos. ¿Qué significa hoy en día la sucesión de Cristo? ¿Cómo vivir en comunidad? - de esto hablaba y escribía. Muchos de sus pensamientos e ideas son fragmentos, porque la violencia le hizo callar.
¡Ojalá esta exposición contribuya a que no olvidemos nunca lo que él inició, para continuar pensando de acuerdo con sus ideas, y vivir en comunidad!
Hansjörg Eichberger, superintendente de la diócesis de la Alta Austria.
